Cerca de 500 millones de pesos invirtió la Empresa en redes de tecnología de punta para llevar energía a esta población. Esta normalización, realizada en el marco del Proyecto ‘Buena Energía Para Todos’, mejoró las condiciones del servicio y especialmente, las relaciones de la comunidad con los sectores aledaños.
Conexiones seguras y redes de última tecnología hacen realidad que 217 familias, es decir cerca de 1100 personas, del barrio Siete de Agosto de Sabana de Torres, cuenten hoy con un servicio eléctrico normalizado y de calidad. Este logro marca la finalización exitosa del programa piloto de energía prepago que ESSA desarrolla en el magdalena medio, visto como una opción viable donde los clientes controlan su consumo y solo compran la energía necesaria, según su presupuesto familiar.
El agrado y la satisfacción son el común denominador entre los habitantes del sector, así lo expresa Ana Rosa Moreno, habitante del Siete de Agosto, “ahora podemos utilizar nuestros electrodomésticos sin ningún problema, porque nosotros vamos a pagar el servicio y no tendremos restricciones por usar conexiones irregulares, por sobrecargas o quejas por parte de otros barrios, pues ya hacemos parte de ESSA, que nos va a dar muy buena energía”.
Por su parte, Carlos Andrés Castillo, interventor del Proyecto ‘Buena Energía Para Todos’ en Sabana de Torres, comenta que “la recepción de las obras ha sido fabulosa porque es una población que siempre ha querido tener su servicio de energía y quiere ser legal con ESSA; y para nosotros como Empresa es necesario brindarles la oportunidad de tener y acceder a un servicio de buena calidad…que mejorará cualquier tipo de vivencia que ellos puedan tener en sus predios.”
Esta experiencia la vive este populoso sector ubicado en la vereda Agua Bonita, en inmediaciones del Aeropuerto, donde habitan más de 210 familias integradas por trabajadores de la palma, informales, agricultores, desplazados del sur de Bolívar y del Cesar, para quienes sus ingresos son diarios y el sistema prepago se ajusta a las condiciones de su economía informal. Esta población se posesionó de este terreno de dos (2) hectáreas el siete de agosto del 2011. Al inicio estuvieron tres meses sin servicio de energía y luego construyeron redes artesanales que los hacían correr el riesgo de posibles cortos circuitos y demás calamidades generadas por esta situación.