Por Wilfredo Sierra Moreno.
Aunque muchos ponen en tela de juicio los dictámenes sobre mejoría en cuanto a pobreza y desigualdad en la ciudad de Bucaramanga, la verdad es que la ciudad y su área metropolitano han mejorado considerablemente en cuando a su condición de vida y la generación de empleo, sobre todo porque las campañas sostenidas desde hace años para respaldar e impulsar la pequeña y mediana industria, han ido dando su fruto, y como quien no quiere la cosa, nos hemos ido posesionando poco a poco en incipientes pero ciertos mercados internacionales, donde nuestro productos son acogidos favorablemente.
El impresionante crecimiento de la construcción y la compra efectiva de la vivienda en nuestro entorno son una muestra contundente de que muchos sectores, no solamente locales sino de otras regiones del país, creen a Bucaramanga una ciudad muy buena para construir el presente y el futuro de su familia, y ello se tiene que traducir, por lógica, en más empleo e ingreso.
Hace algunos meses en una actividad para periodista dela Cámara de Comercio de Bucaramanga, Juan Camilo Beltrán, nos decía algo que yo no asimile muy bien en su momento, y es que nosotros los santandereanos a diferencia de los antioqueños, tenemos la mala costumbre de hablar muy mal de todas nuestras cosas. Es muy difícil ver a un paisa hablar despectivamente de su tierra y sus empresas, pero no lo es que los santandereanos nos dediquemos a “rajar” de todo y por todo lo que pasa entre nosotros, que ciertamente no es una buena política de relaciones públicas hacia afuera.
Y cuando el Dane o cualquier otra entidad o institución hablan bien de nuestros logros en productividad y disminución de la riqueza entonces alegamos, no, que va, eso no puede hacer así… ¿Hipocondriacos emocionales que nos amañamos con la depresión y los nubarrones negros y no podemos disfrutar de las cosas buenas que nos pasan y tenemos? Los sociólogos y los siquiatras tienen la palabra…