Editorial

Editorial: CASA SOBRE LA ROCA PROMUEVE DESPROPÓSITO ECOLÓGICO

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Por Wilfredo Sierra Moreno.

wilfredo sierra morenoEn una más de esas noticias que sorprenden todos los días, en el día de ayer Juan Carlos Ordoñez en el noticiero local de Caracol Radio, nos informaba como el domingo anterior, en uno de los tantos cultos festivos de la iglesia Casa sobre la Roca, un dirigente de la minería internacional, miembro de esa iglesia, aprovechaba la oportunidad que le brindo un pastor muy agradecido con el empresario minero, para en medio de un curioso foro sobre la suerte de la explotación del oro en el  departamento, decir que según citas bíblicas –sobre las que después darían supuesto  apoyo  teológico los miembros de la iglesia – la ciudad de Bucaramanga debería someterse, gracias a  una muy curiosa manera de interpretar la voluntad de Dios, a la acción de quienes se quieren llevar nuestro oro y envenenar las fuentes de agua de nuestros  ríos.

Y decimos que curioso foro, porque si bien es cierto fueron invitados o sabiendo de antemano sobre la coyuntura,  algunos ambientalistas se hicieron presente en el local de la Iglesia Casa Sobre la Roca, al momento de su participación les dieron solo 3 minutos para hablar y les exigieron que todos los argumentos sobre el tema minero debería estar basado en citas bíblicas… ¡¿Cómo así?!,  se preguntaran indignados algunos de ustedes, pero quienes conocemos un poco  como funciona la mente y los recursos manipulares de estos modernos “representantes de Dios en la tierra”, sabemos que la presunción de ser el elegido de los cielos les  da para determinar, aparentemente, la conducta y la forma de pensar del resto de los mortales, y para todo tipo de desaforadas incoherencias.

Pero señores, no hay que infartarse del todo por estos hechos, porque la culpa la tienen la clase política local, regional y nacional, que con tal de ganarse los voticos de la indudablemente gran cauda de gentes que manejan estas iglesias, fueron poco a poco congraciándose con las diferentes denominaciones hasta abrirles los ojos, y llegar al punto en que ya algunas organizaciones protestantes nacionales motu proprio, y sin  necesitar ya de los politiqueros de oficio, tienen sus propias estructuras políticas y sus representantes en los diferentes puestos colegiados del país y una buena nomina burocrática en las diferentes instancias de gobierno nacional.

Si los políticos lo hacen, ¿por qué no pueden hacerlo los comerciantes, los industriales, los inversionistas nacionales y extranjeros que saben desde hace mucho tiempo que en la política, el amor y los negocios todo se vale? Que sea ético, es otra cosa. Pero aquí los criterios racionales de la civilidad jurídica y los postulados democráticos universalmente aceptados son cambiados por una supuesta voluntad de un Dios, bien caprichoso por cierto, que se inclina inevitablemente  a favor de los intereses de sus sospechados voceros en la tierra. Pilas, señores ambientalistas y defensores de los intereses del agua, la salud y el futuro de nuestros  hijos, nietos y bisnietos. Porque cuando se trata de poder, dinero y mujeres, uno nunca sabe donde salta la liebre…