Editorial

Editorial: EL BUEN TRABAJO DEL DIRECTOR DE TRANSITO DE BUCARAMANGA.

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Por Wilfredo Sierra Moreno.

wilfredo sierra morenoUn extraordinario trabajo viene haciendo al frente de la Dirección de Transito de Bucaramanga Rafael  Horacio Nuñez a quien,  afortunadamente, no le tiembla la mano para tratar de poner en cintura a todo un ejercito de anarquistas que delante de un timón o de una moto siempre han creído que pueden hacer de las calles de nuestra ciudad lo que les de la regalada gana. No solo es que creen que toda la ciudad es un parqueadero para que ellos se estacionen donde quiera, sino que igualmente cometen todo tipo de infracciones conduciendo, con una frescura que verdaderamente da rabia.

Pero además Rafael Horacio ha tenido el valor para hacer cambios importantes en cuanto a modificar la orientación de alguna vías de la ciudad, cambios que en un principio siendo cuestionados por aquellos sabiondos que siempre se han creído los dueños de la verdad entre nosotros,  con el correr del tiempo han mostrado lo acertado que son y le han hecho agilizar la movilidad de una ciudad que, de verdad, esta muy atrasada en cuando el diseño de vías eficientes en una ciudad moderna.

Por supuesto el señor Director de Transito de Bucaramanga no las tiene todas a su favor en el desarrollo del trabajo que tiene pensado realizar, como quiera que, por ejemplo, no goza de toda la disponibilidad presupuestal para el empleo del suficiente personal que debería estar en las calles o para la implementación de nuevo parque automotor para dinamizar el trabajo del transito en las diferentes zonas de Bucaramanga. Pero además tiene que manejar al interior de la institución a un burocracia modorra y mañosa, que teniendo muchos años en Transito de Bucaramanga, se creen los dueños únicos y exclusivos de ella y que suelen darse el lujo de decir, en algunos círculos, que los Directores pasan y ellos quedan.

Además no deja de haber una que otras funcionarias que presumiendo de estrato 18 –no olviden el estrato solo llega a 6- y que desde tan elevadas cumbres se creen con el derecho de tratar a las gentes que van ha requerir de sus servicios de la peor manera.  Es, desde luego, un terrible mal de todas las burocracias del mundo y ni siquiera en las épocas de la Rusia comunista, las amenazas del destierro a Siberia pudieron con esta clásica dictadura de los mandos medios. Pero en fin, señor Director, le dejamos la inquietud como constancia.

Posdata: La calle 34 con carrera 24, señor Director, se ha convertido en la esquina de la muerte. Todos los días y ha todas horas hay allí accidentes, heridos y muertos. Hace un par de semanas vino a este sitio una comisión de su institución encabezada por una Princesa de Mónaco que miraba a los pocos que nos acercamos ha intentar hablar con los comisionados como a una plasta “de chicuca” y unos ogros arrogantes que no se dejaron hablar.  Pero hasta el momento no se ha hecho nada concreto con este punto de la ciudad. Siguen los accidentes, heridos y muertos. Nosotros creemos que unos reducidores de velocidad por calle y carrera antes de llegar al fatídico punto de la calle 34 con carrera 24 sería la solución. Y ello a pesar de que uno de sus expertos que vino eso día nos gritó groseramente que eso no se podía hacer…   A lo mejor si se podría…