Por Wilfredo Sierra Moreno.
Una vez más a raíz de la clonación de una célula madre humana con fines terapéuticos, los fanáticos de la iglesia católica han salido a hablar bajo la presunción de ser poseedores de la verdad revelada, que éste avance de la ciencia es una amenaza contra los supuestos designios de un dios bien arbitrario, por cierto, que teóricamente quiere que sus presuntos hijos vivan en la más grande ignorancia sobre la tierra.
La postura, bien imbécil por cierto, no hace más que ratificar una vieja tendencia arbitraria e inhumana de un conglomerado que desde tiempos inmemoriales se ha dedicado a llenar a los seres humanos de miseria e injusticias y que propicio , por ejemplo, que importantes científicos e investigadores fueran, en tiempo remotos, asediados, perseguidos, torturados y muertos por los representantes en la tierra de una deidad arbitraria, injusta e intolerante que quisiera que sus hijos vivieran en la más crasa miopía.
Pero quienes alguna vez en nuestra vida estudiamos un poco de teología sabemos que esa postura, más que la de un hipotético dios con tan desafortunadas tendencias perversas, es la elaboración de unos teólogos habilidosos que valiéndose de las más oscuras maniobras, han tratado de mantener a importantes núcleos de la sociedad en el miedo y la sumisión para poder reinar sobre ellos.
Resulta cuando menos sorprendente que una acción que lleva a que gracias a la producción de sepas de células totalmente sanas se puedan curar las hasta ahora insolubles enfermedades que afectan al ser humano, como canceres, diabetes, artritis, artrosis, etc., etc., pueda ser un atentado contra la ética y la moral. Pero ahí están pintados esos predicadores de mentiras, que bajo la amenaza del pecado y el infierno quieren mantener a toda la sociedad en el medioevo mientras ellos llenan sus bolsillos de plata y sus vidas de placeres inenarrables que mantienen en la oscuridad gracias a su doble personalidad. Con semejantes “fichitas” yo si creo que son mejores los calorcitos del infierno que ese hipotético cielo lleno de pederastas, despojadores de las pocas monedas que le quedan a los pobres, propiciadores de la ignorancia, el analfabetismo y mentirosos redomados.
