Por Wilfredo Sierra Moreno.
La celebración del día sin carro que se esta desarrollando hoy en nuestra querida ciudad de Bucaramanga hace parte de esos esfuerzos esporádicos que hacen muchas sociedades del mundo, para tratar de convencer a los pobladores de este planeta de que contaminar el medio ambiente no es precisamente lo más inteligente de los ejercicios que pueden hacer los que se autodenominan seres racionales, pero la verdad, lo que termina lográndose en ultimas en niveles de conciencia real sobre la materia es muy poco.
Para muchos sectores de las sociedades del mundo, especialmente para las clases altas, vivir sin carro es poco menos que un absurdo que no tiene justificación alguna, y poco les importa si eso llena el aire de partículas mortales para el resto de sus conciudadanos, partículas que, según estudios recientes de investigadores, es una causa directa de infarto en muchos casos. Pero, ¡¿y que?! se preguntan muchos hombres y mujeres con una arrogancia digna de mejor causa y para quienes lo que importa, es ultimas, es su propia y egoísta comodidad personal.
Claro, a la contaminación ambiental por los vehículos que llenan la superficie del planeta, hay que agregar a la industrial, en la que los países ricos del mundo son los que más contribuyen, y por supuesto a ellos les importa nada que se haya roto la capa de ozono y como consecuencia de ello se haya alterado el equilibrio ecológico y ambiental del planeta, ocasionando todo tipo de consecuencias como los huracanes, tormentas y desbordamientos que destruyen ciudades y seres por miles y miles. Así como a los niños ricos del mundo no se les puede hablar de hacer sacrificios en beneficio de los demás sin que hagan la clásica pataleta, a China, Rusia, Japón, los Estados Unidos, etc., etc., no se les puede decir que hagan algo con esas chimeneas gigantescas que contaminan el ambiente, sin que se encojan de hombros, dando a entender, “nos importa un carajo”…
Pero bueno, vivimos esta jornada y ojala sirva para realmente crear conciencia ecológica por lo menos en un par de ciudadanos.