Editorial

Editorial: LA TRAMPA DE LOS TRATADOS DE LIBRE COMERCIO.

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Por Wilfredo Sierra Moreno.

Independientemente de que durante muchos años el estado colombiano OLYMPUS DIGITAL CAMERAha tenido abandonado tradicionalmente al sector productivo y  sector agrario colombiano, la dinámica del capitalismo internacional reglamentada a través de los llamados tratados de libre comercio, han creado una dinámica nueva en el  que la competencia productiva y de precios deja de estar limitada a las fronteras de los países y entra, con todas sus ventajas y desventajas, al marco del mercado mundial.

En las reglas del frio capitalismo la competencia es de precios y de calidad y, por ejemplo, en el caso del cacao, resulta ilógico pedirle a las grandes fábricas que lo usan como materia prima en el país,  que los compren aquí más caro y de menor calidad, cuando en el exterior es mucho más barato y posiblemente de  excelente  calidad.

Pretender que los sectores productivo más tradicionales de un país se puedan mantener a través de los subsidios de un gobierno,  es la mas absurda de todas las propuestas económicas que se puedan hacer y, ni el más rico de los ricos lo aguanta. Y de ello  puede dar fe hoy la economía de los Estados Unidos, que luego de muchos años sosteniendo su  sector agrícola a través de los subsidios,  hoy se ve abocada a la más grave crisis financiera de su historia y tiene que poner en marcha una serie de recortes radicales a  muchos de los auxilios tradicionales que mantuvieron a varios sectores  y grupo de individuos específicos gringos.

Desgraciada o afortunadamente uno no entra a la puja económica del mercado con sentimientos humanitarios de ninguna especie, y la acción comercial, desde que se invento, se hizo para ganar dinero. En casos extremos como los que vivimos ahora con los precios en el mercado internacional con el café y el cacao, lo único que ha establecido la doctrina económica tradicional es la sustitución de la actividad productiva en crisis, pero ni nuestros campesinos lo pueden ni lo quieren entender, ni la estructura funcional del manejo económico del estado esta realmente preparado para hacer esa sustitución.

Pero  mientras la realidad del mercado internacional nos produce estos específicos problemas, el gobierno firma más y más tratados comerciales con cuento estado del mundo existe y, de nuevo, con el discurso de que esto será para el beneficio económico de Colombia. Amanecerá y veremos. Pero como siempre hemos dicho en casos parecidos en estas líneas, amanece y amanece y el desgraciado ciego no ve ni pio…