Por Wilfredo Sierra Moreno.
Uno no deja se experimentar una cierta risa irónica cuando instituciones lánguidas como la Asamblea Departamental de Santander quieren dar la impresión de que son determinantes para decidir el destino de algunas cosas en nuestra región, porque eso no es cierto. Y lo es menos cuando se trata de la construcción de carreteras, vías o supervias que son decisión exclusiva del resorte nacional, instancia alta a la que la tiene sin cuidado que piense un diputado de Santander, un concejal de Bucaramanga, cual sea la imperiosa necesidad de un gobernador o un alcalde, porque en esos niveles hacen lo que les de la gana con la suerte del departamento y nos toman del pelo (nos maman gallo) cuantas veces les de la gana.
Por supuesto que la desde hace muchos años la mal llamada Supervia, o sea el ideal trayecto a Barrancabermeja por el Café Madrid – La Gómez, ha sido considerada por todos los expertos el mejor trazado para terminar con nuestro embotellamiento en la comunicación con el Puerto Petrolero de Colombia, pero de ser una buena idea no ha pasado en mucho tiempo, y el tema solo ha servido para propiciar titulares de prensa en ciertas ocasiones, cuando la necedad de pantalla en los medios es necesaria, sin que en donde realmente se toman las decisiones, el Ministerio de Obras Publicas, nos consideren en serio.
Mientras tanto la vía criticada por encima de lo coluviones -que más temprano que tarde se va ha ir al suelo como ha sido tradicional desde hace años- sigue su construcción, sin que a los dueños de la poderosa empresa que hace la Represa del Rio Sogamoso les importe un carajo el criterio de los expertos, técnicos, la Sociedad de Ingenieros de Santander, la opinión publica barrancaña y de Bucaramanga, porque ¡ellos si son poderosos!, ellos si son importantes y ellos si tienen harta plata para hacer con nosotros lo que les de la gana. Y como consecuencia de esa maldita terquedad de los que si son poderosos en este país, más temprano que tarde nos quedaremos incomunicados con Barrancabermeja.
Así que señores de la Asamblea Departamental, no se desgañiten gritando en el desierto porque nadie los va ha oír. Yo se que a muchos de nosotros a veces nos gusta jugar al papel de Superman, pero la verdad de los hechos sociológicos y políticos es que apenas si –¡y esto!- llegamos a Chapulín Colorado. No se preocupen que ahora que el gobierno está en campaña para su reelección vendrán Presidente y Ministros a prometernos el paraíso y el cielo, pero luego de elegido -¡si es que lo logra- nos harán una gran pistolón y no precisamente con los dedos de los pies. ¡Como siempre!