Por Wilfredo Sierra Moreno.
Serias anomalías se están presentando en el área del espacio publico en la ciudad de Bucaramanga en donde, además de que el centro comercial de la calle 35 se esta llenado otra vez de ambulantes, algunos sectores de estos señores sujetos de la acción del control oficial se quejan de que son sometidos, por parte de algunos integrantes de espacio publico a acciones no propiamente éticas ni que se compadecen con quienes ostentan la condición de servidor publico.
Especialmente los humildes vendedores de tinto denuncian, una y otra vez, que son sujetos de la avilantes de quienes prevalidos de su condición, se toman todo un “termado” del producto de estos trabajadores de la calle, terminando con los pocos recursos que tienen los “tinteros” pero medio intentar ganarse unas cuantas monedas en el día. Por muy pírrica que sea la suma de la acción delincuencial que se hace contra estos pobres señores, no se compadece de la condición de los funcionarios de espacio publico, que deberían dar ejemplo de decoro, ética y decencia, sobre todo si representan en la calle una administración que ha dado muestras de preocupación por hacer las cosas bien.
A lo que no hay derecho es a que la imagen y toda una acción de una administración municipal se ponga en tela de juicio por culpa de unos “cascareros” de la peor calaña que con estas acciones muestran la condición social de donde vienen y lo “muertos de hambre” que son, cuando al contrario de lo que proclaman todos los preceptos sociales, les quitan lo poco que tienen a los que nada poseen. Repetimos, consideramos inaceptable que la acción de la administración municipal de Bucaramanga que ha dado muestra de efectividad, buena acción y compromiso social, se manche por culpa gente sin escrúpulos malamente enganchados al trabajo oficial, y nos parece necesario que los funcionarios a quien corresponda, tomen los correctivos necesarios inmediatamente.