Por Wilfredo Sierra Moreno.
Desde cuando el libertador Simón Bolívar bajaba por el Rio Magdalena a morir a las costas colombianas, fue tan deplorable la condición que vio en la corriente, los cuases y la vida del rio, que prometió escribir una carta a la capital de la República para que el gobierno de entonces tomara medidas serias sobre la vida de sus caudalosas aguas. Con estas palabras uno de los participantes en el foro convocado por la Cámara de Comercio y los Representantes y Senadores del departamento para hablar de tan importante arteria fluvial nacional, definió la tragedia del Rio Grande de la Magdalena, sobre el que desde tiempos inmemoriales se han hecho discursos y promesas…
Por eso ahora cuando los desconocidos por nosotros señores de Cormagdalena vienen ha hablarnos de proyectos faraónicos para el destino de tan importante cauce, la verdad es que no nos emocionamos mucho, y aunque las cifras y el proyecto sobre el papel resultan tan deslumbrantes, la verdad es que se parece a muchas de esas otras promesas que desde hace más de 10 años gobiernos nacionales nos han venido a vender, sin que de tanta belleza haya quedado mucho en realidad.
Los señores de Cormagdalena, a quien muchos sectores regionales y nacionales consideran un verdadero elefante blanco por la carencia de resultados concretos en su ya larga existencia, prometen hacer de Barrancabermeja el gran centro del transporte fluvial de Colombia. Discursos tan bonitos como esos hace mucho rato hemos oído por estas tierras – sobre todo en épocas pre electorales como las de ahora – pero resulta ser por lo menos elemental que para la concreción de ese objetivo tan espectacular, se necesitaría del complemento de vías realmente muy buenas que comunicaran a Bucaramanga y el resto del país con el Puerto Petrolero, pero de eso, aunque nos ha dibujado en el papel pajaritos muy lindo, hasta ahora no hay nada efectivo.
Todos los expertos en la materia precisan que si se es serio en materia del desarrollo estructural vial de Santander, se tiene que hacer de una vez por toda la doble calzada Bucaramanga – Barrancabermeja, pero también sobre ese tema, en concreto, no hay nada en los organismos centrales que son los que toman las decisiones y ponen la plata. En las leguleyadas y la tramitología del Ministerio de Transporte y su Institutos Técnicos adjuntos nos siguen tomando el pelo como en el juego ilegal de “¿dónde está la bolita?, ¿dónde está la bolita?
Por ahora, nosotros registramos la presentación de acciones para canalizar el rio y hacerlo navegable al ciento por ciento, más construirle más y modernos muelles sobre su cause, que suman miles de millones de dólares. Muy bonito todo y da para espectaculares titulares de prensa. ¿Pero si será que veremos hecha realidad tantas bellezas?