Editorial

Editorial: ¿OTRA REFORMA CONSTITUCIONAL CON NOMBRE PROPIO?

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Por Wilfredo Sierra Moreno.

wilfredo sierra morenoEn este país nos acostumbramos, desafortunadamente, a que los Presidentes de la República en ejercicio impulsan Reformas Constitucionales de acuerdo a sus particulares y mezquinos intereses de reelección y, así, el ex Presidente Uribe, en función de dictadorcito de republica babana reformó la máxima carta constitucional del país para hacerse reelegir una vez y, casi, logra hacerlo por segunda vez en su interés de perpetuarse cual emperador omnímodo de este país.

Ahora al señor Presidente Santos, al que no le cuadran para nada las encuestas en cuanto al respaldo de la opinión publica para su reelección, se ha inventado el globo de una nueva Reforma Constitucional para alargarse en periodo dos años más y proyectar a seis los de los futuros mandatarios de los colombianos, en una propuesta alocada en el interés de ganarse el respaldo y los votos de los alcaldes para su reelección.

Aclarando su nueva metida de pata, Santos dice que la propuesta es de los alcaldes, que igualmente están que se mueren de ganas por perpetuarse en el poder y que buscan, por todos los medios, poder disponer otra vez, como les de la gana, de las regalías que han sido, a lo largo de la historia política de éste país, la mayor fuente de corrupción colombiana.

Como se ve, aquí nadie da puntada sin dedal. Los voraces depredadores de las arcas nacionales y municipales están que regresan a su festín con el argumento pueril del interés de sus gobernados, y el Presidente, que se muere de ganas por ganar respaldos a su reelección cada vez más embolatada, juega a complacer los deseos garosos de alcaldes de aquí y allá que se quieren instalar por más tiempo de lo debido en el usufructo del poder. ¡Hay Presidente!, usted como que lo que hace cada vez con más frecuencia es meter las de caminar con sus propuestas improvisadas y, mientras tanto, su aceptación en la opinión publica nacional sigue cayendo vertiginosamente. ¿Cuál será su próxima genialidad reeleccionista?