Por Wilfredo Sierra Moreno.
No parece que sean muy gratos los días de las gentes que viven en nuestra querida ciudad de Barrancabermeja cuando, por varios días, han tenido que vivir prácticamente sin agua, porque el líquido que llega por los grifos de las casas es totalmente no consumible, una verdadera combinación de barro y desechos de todo tipo. En una ciudad que durante muchos pero muchos años se ha recibido miles de millones de pesos por regalías, resulta cuando menos desconcertante que este tipo de situaciones se de y que, según parece, en el inmediato futuro no tendrá soluciones reales.
¿En que pues se han invertidos esas regalías por las que cacarean con angustia digna de mejor causa algunos sectores de la vida política santandereana? Barrancabermeja como una de las principales productoras de petróleo en el país fue siempre la consentida de la destinación presupuestal por concepto de regalías, pero pareciera que muchos de esos miles de millones de pesos se fueron por la cañería porque, la verdad, si bien se ven algunas mejoras en obras publicas allí, no son todas las que deberían ser habida cuenta de la plata que históricamente se le ha girado al Puerto Petrolero.
Pero además de las definiciones de la doble calzada a Barrancabermeja de que tanto se han preciado los Ministros de Obras Públicas cuando vienen a la capital del departamento de Santander y el Presidente en trance de reelección, no se sabe nada en concreto y así, los días van pasando, se convierten en semanas, meses y años, y de aquello nada. Pura mamadera de gallo como diría un barranqueño indignado con tanta promesa faraónica que se la lleva, fácilmente, el viento.
Hace algunos semanas vinieron unos señores costeños -¡ojo, costeños!- ha hablarnos de proyectos fantásticos sobre y en las orillas del Rio Magdalena, que convertirán –eso dijeron esos macondianos burócratas- a Barrancabermeja en el centro del transporte fluvial y por tierra del país. Muy bonito todo. Pero en la futura mega ciudad colombiana sus gentes no tienen agua para vivir, y entonces uno se da cuenta hasta donde es literatura barata toda esa parafernalia de ofrecimientos con que nos endulzan los oídos de tiempo en tiempo a los santandereanos. Pero, y señor alcalde de Barrancabermeja, al respecto de todo esto que está pasando, ¿usted no tiene nada que decir?