Por Wilfredo Sierra Moreno.
Una nueva visita presidencial y una vez más el rosario de promesas de inversiones multimillonarias para el departamento de Santander que, luego de pasada la efervescencia de los titulares de prensa y las notas televisivas, se pierden en la modorra del día a día de una ciudad y un departamento que tienen gobernantes eficientes pero, la mayoría de los veces, no tienen los recursos suficientes para llevar a buen termino sus planes.
Recordamos, en tiempo de Álvaro Uribe, al inefable Andrés Ariel Gállelo, que saliendo de su vivienda en los monasterios del Opus Dei, venia ha hacernos promesas sorprendentes que incluían, entro otras muchas cosas, la más moderna y espectacular vía Bucaramanga – Cúcuta, que envidiarían –decía el Ministro monje- los países europeos. Hoy de tanta carreta no queda sino una trocha por la que se puede transitar cuando la lluvia deja y uno par de kilómetros nuevos que solo hacen añorar lo que hubiera sido si tanta oferta se hubiera cumplido.
Siete un billón de pesos es la cifra con la que nos calentó el Presidente candidato los oídos a los santandereanos y si esa platica llega y no se enreda entre tanto contratistas mañosos y tracalero, puede dar para resolver muchos de los problemas estructurales del departamento y hasta para votar por el Presidente candidato, así no nos convenza mucho. ¡Pero que se vea! Sobre todo cuando de por medio esta el compromiso de la Ministra del Transporte de hacer la vía alternativa por fuera de los famosos y desconcertantes coluviones, palabras que debemos recordar permanentemente frente a unos directivos de Isagen, intransigentes, arrogantes e insoportables, que se creen la mama de Dios para hacer con nuestras vías y desarrollo estructural, lo que les de la gana.
Si tanta dicha se convierte en realidad, tendremos motivos para sentirnos agradecidos de verdad, con el gobierno central. Pero, repetimos, que se concrete, porque como pasa con la pavimentación de la vía a Málaga, las tales hojas del calendario caen y caen y de aquello nada. Pero bueno, ahora que estamos de Conclave, volvámonos un poco creyentes. Al fin y al cabo si tanta gente está en esa pendejada, por algo será…