Por Wilfredo Sierra Moreno.
Terminó la jornada comercial del día del padre con su consiguiente carga de borrachos, heridos y hasta muertos, y uno se pregunta cual es la razón para que días convencionales como estos –incluidos el de la madre- sean una ocasión especial para dar rienda suelta a la más primaria instintividad en algunos sectores de nuestra sociedad, y que de la supuesta oportunidad para la integración familia, en esos sectores disfuncionales, no quede realmente nada.
Por fortuna, y eso también hay que decirlo, no son todos los hombres integrantes de esta sociedad los que así proceden, pero desafortunadamente en los que la incultura y la falta de formación les hace ser primarios y agresivos, generan un terrible circulo de dolor que se prolonga por mucho tiempo en la conciencia de unos hijos que van a pagar, y muy caro, las consecuencias de una infancia marcada por el desamor y la agresividad.
Lastimeramente, hoy por hoy cuando miramos los terribles comportamientos inadecuados de una niñez y una muchacha que pareciera no tener freno, no somos lo suficientemente consientes para ver en los factores de la formación, en el papel preponderante del padre y la madre en la psiquis del ser en formación, los orígenes de muchos de los males que luego se convierten en críticos en la convivencia social.
Pareciera que el papel de algunos estamentos encargados por ley para velar por la función del núcleo familiar no están cumpliendo exactamente su tarea y, aunque es una gota de agua en el desierta, el asistencialismo con el que algunos alcaldes tratan de abordar estas fechas y parecidas como el día de los niños, no es precisamente la solución para la terrible crisis de identidad del hogar, la familia y el papel determinador de papá y mamá en la formación de quienes serán los futuros ciudadanos del país.
Pero en fin, también los columnistas de opinión terminamos con el paso de tiempo repitiendo lo mismo todos los años sin que, a la larga, nada pase. Da la impresión que abordar estas materias es arar en el desierto, y mientras tanto la formación de nuevos pequeños monstruos que luego serán los grandes bandidos que afectaran determinante la convivencia social, resultaría ser una producción en serie de la que no tenemos verdadera conciencia. Y después decimos que somos los más inteligentes seres de la creación…