Julio 16 de 2013. El Bajo Rionegro requiere una acción integral que involucre la gestión de las autoridades del orden nacional, regional y local. Su grave problemática es la suma de 30 años de abandono oficial que deriva en la ausencia de condiciones dignas de vida para sus 10 mil habitantes. “Siempre hemos vivido a la deriva, la única manera de verle la cara a los políticos es en elecciones, después no les volvemos a ver ni el rastro. Nuestra problemática es general: carecemos de acueductos, alcantarillados, puestos de salud, escuelas, el río amenaza con borrarnos del mapa, las carreteras se asimilan más a los caminos de herradura… estamos expuestos a la mano de Dios”, manifestó el presidente de la junta de acción comunal de San José de Los Chorros, Giovanni Hurtado.
El pasado fin de semana, y luego de muchos años de ausencia, una autoridad competente visitó la región y le puso la cara a la comunidad. Con su equipo de trabajo, el director de la CDMB, Ludwing Arley Anaya Méndez, visitó palmo a palmo los corregimientos de San Rafael de Lebrija, Papayal y San José de Los Chorros, para anunciar la ejecución de obras que mitigarán en buena parte su problemática ambiental. De la mano con la comunidad, y luego de inspeccionar los daños ambientales, Anaya Méndez anunció a los 300 asistentes al lote donde está ubicada la junta de acción comunal de Los Chorros, que la CDMB invertirá 430 millones de pesos en la construcción de dos muros de contención en dos sectores del río Lebrija, que en invierno amenaza con penetrar a los centros poblados y causar tragedias.
Para don Víctor Luna, connotado dirigente cívico de San Rafael: “es importante que el Director de la CDMB haya visitado la región y haya compartido con las comunidades, pues era la única forma que se enterara de la problemática y así mismo pudiera plantear las soluciones. Las demás autoridades deberían seguir su ejemplo y darle la cara a las comunidades”. El Director también les anunció a los asistentes que emprenderá un esfuerzo común que involucre a la Gobernación de Santander y las alcaldías de Rionegro y Puerto Wilches, con el fin de jalonar los recursos que permitan dragar el río Lebrija en el sector de Los Chorros y de esa manera permitir que vuelva a fluir por su cauce normal, para controlar la anegación de unas 7.000 hectáreas de cultivos en zona rural del corregimiento Bocas del Rosario (Puerto Wilches).