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LA CUEVA LA ANTIGUA

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Por Marcos Fidel Barrera Morales

Tomado de La Zigarra, edición de marzo de 2013

la zigarra abril 9La Cueva La Antigua constituye un símbolo de la identidad sangileña. Representa vestigios de la magia que tienen la adolescencia y la juventud en tierras guanentinas, pues es de suponer que una buena parte de quienes habitan esta comarca alguna vez en su vida la han visitado. Y de quienes no lo han hecho, es muy probable que un buen grupo haya manifestado su deseo de hacerlo…

Algún día. Sí, algún día, como tantas cosas que se van acumulando como propósitos de vida. Constituye la entrada a la Cueva una excelente ventana a las tinieblas subterráneas y, a su vez, una auténtica oportunidad para despedir a tanta luz exterior, que todo enceguece. Para quien se adentra por los senderos tanto tiempo transitados por exploradores, espeleólogos y curiosos, no deja de llamarle la atención las desviaciones que adentro toma esta particular gruta. Y cómo las cavidades están señaladas por nombres, flechas y detalles que revelan el deseo de muchos de los que la visitan de dejar su propio sello.

 ¡Cuántos corazones no quedaron allí dibujados con carbón, tiza y ralladura de piedra, como expresión de ese afán de las parejas de recordarse siempre! Quien esta nota redacta recuerda especialmente el espectáculo extraordinario que significaba el encuentro con las aguas de la quebrada que bien adentro la recorre, cristalina en verano y torrencial y barrosa en invierno. Y cómo los peces traslúcidos permitían observar su estructura interna, cual clase natural de anatomía, con un detalle curiosísimo: el agua de la composición orgánica de los peces, dentro del agua transparente del riachuelo. Es que la vida, se sabe, es eminentemente agua.

También recuerda este columnista cómo para llegar a este lugar había que recorrer un trecho de aproximadamente dos metros, arrastrados, casi oprimidos por la montaña, a fin de acceder a tan grato espectáculo. ¡Cuántas veces no constituyó ese sitio su especial atractivo, así como también prueba de auténtica valentía! Sin embargo, años después, ya no se podía llegar: la montaña había aplastado ese camino… ¿Se llega a la quebrada, en la actualidad?

La experiencia de La Antigua queda grabada en los recuerdos de quien la visite: sea porque la cueva obliga a un descenso mayor, o porque por una de las rutas se mueve el interesado como gusano a fin de sobrepasar la estrecha garganta de piedras, o por las aguas que internamente la recorren, o por las estalactitas, o por los murciélagos, o por los propios miedos internos, o por los descubrimientos que contiene, o porque según cuenta la leyenda, mucho tiempo atrás se perdió un explorador, siendo necesario para su búsqueda apelar a los tambores de la banda de guerra del Colegio Guanentá… Definitivamente, por variadas razones el paseo por La Antigua marca para siempre los recuerdos de quien la visita.

* P e r i o d i s t a r e s i d e n c i a d o e n C a r a c a s . Marfibamo@outlook.com Twitter: @Marfibamo